sábado, 8 de junio de 2013

Crítica a la clase de ética

Lo primero que hay que destacar es la preparación previa del profesor. Lleva las clases bien previstas, sabiendo lo que se va a dar en un día casi con precisión exacta y así pudiendo poner el día del examen desde el principio del trimestre. Enrique también sabe hacer que una clase sea seria sin que sea una clase aburrida. Pide a los alumnos una conducta ejemplar, que si no cumplen, les llama la atención. Los alumnos también deben prestar una gran atención en su clase, pues lo que dicte debe estar perfectamente copiado en el cuaderno. Así consigue la buena conducta en sus alumnos. Dicho así podría parecer una clase aburrida, pero no lo es para nada. La divertida manera con la que Enrique explica es lo que evita que las clases sean aburridas, utilizando ejemplos que se pueden ver en la realidad, pero que él explica de manera distinta ¿Quién no se acuerda del chulo y la chula de discoteca? Ética es una asignatura algo tediosa para estudiar a mi parecer, pero con Enrique de profesor no lo es. También hace a los alumnos que participen, porque la mayoría de ellos por si solos no lo hacen. Si algo hay que decir malo de la clase es esto último, la participación en clase. Lo que es malo de eso es que gana el respeto de los alumnos a veces dejándoles en ridículo delante de toda la clase. A su favor hay que decir que solo lo hace cuando ese alumno se esta “pasando”. Es un buen profesor, al contrario de lo que pensaba por lo que decían acerca de lo estricto que es. Le pondría un 9,75. Y hasta aquí llega mi “poesía que le he dedicado y que pondrá en su nevera”

Filofoto

                                        Las nuevas generaciones cada vez "maduran" antes